viernes, 3 de octubre de 2014

Abres la puerta

Como la buena educación es importante, te vistes antes de abrir la puerta, preguntándote si serán mormones o testigos de Jehová. 
—Buenas, soy un editor a domicilio —te dice el extraño hombrecillo que espera sobre el felpudo de entrada—. ¿Le interesaría publicar con nosotros? 
Miras al tipo durante unos largos e incómodos segundos. La idea de editores llamando puerta a puerta para ofrecer publicar a desconocidos parece poco lógica, pero quizá sea lo último en hipsterismo.


No hay comentarios: