viernes, 3 de octubre de 2014

Le das una patada en los cojones al editor

En nombre de todos los escritores pasados, presentes y futuros, le propinas la madre de todas las patadas en los huevos. O lo intentas, más bien, que los editores siguen un curso de varias semanas con los monjes shaolín para aprender técnicas de defensa personal, a ver si te crees que eres el primer escritor que intenta agredir a uno de ellos. Sin apenas esfuerzo, el editor esquiva tu patada y de un golpe certero te saca el corazón por la boca y, lo que es todavía peor, acto seguido te roba la novela, riendo todo el rato como un villano de película. 


FIN

No hay comentarios: