viernes, 3 de octubre de 2014

Te la chupan

La puta y tú os escondéis detrás de un árbol y, amorosamente, como una madre, te baja la cremallera (vale, quizá no como una madre). Se introduce tu pene en la boca y empieza a succionar. Te preguntas qué podría salir mal. Quizá sea una vampira y vaya a sacarte la sangre y no otro fluido. O una mujer loba y, al aparecer de improviso la luna llena entre las nubes, se transforme y te arranque el pene de un mordisco. O quizá sea epiléptica, tenga un ataque mientras te hace la felación y apriete con todas sus fuerzas las mandíbulas, dejando escapar de ellas sólo una espuma sanguinolenta. En resumen, que tienes un miedo atroz a que te muerda la polla, lo que hace que no se te ponga muy dura que digamos. 
Tus temores parecen volverse realidad cuando escuchas un crujido, pero no abajo, sino arriba. Alzas la mirada y lo último que ves es una rama grande, pesada y dura (no como tu polla) que te rompe la cabeza. 


FIN

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