viernes, 3 de octubre de 2014

Huyes

Podrías llevarte tu novela en un pendrive, pero para mayor efecto dramático la imprimes y metes las setecientas páginas en un maletín. A partir de ahora serás un escritor itinerante, decides. Serás como el Equipo A y viajarás por la geografía española resolviendo diversos entuertos literarios. 
Sales a la calle. Nadie te mira, la gente ignora que eres un fugitivo acusado de un crimen que no has cometi… bueno, sí que lo has cometido, pero tenías tus razones. La presión literaria, por ejemplo. La vieja e interminable guerra entre editores y escritores. El rencor de tantos sinsabores. Ninguna de estas cosas podría entenderla un juez normal, por eso tienes que darte a la fuga. Si hubiera tribunales literarios… No los concursos, claro, que están amañados, sino algo así como Derecho Literario. 
Cae la tarde en la ciudad y tienes que decidir tu destino. 


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